Luna nueva - Desde el pupo
Vamos registrando nuestras movilizaciones emocionales, nos sensibilizamos. ¿Te sentís expueste, y con ganas de acobijarte en tu cama y no salir por un mes?
Es el impulso evolutivo descendente de esta luna, la urgencia de volver a tu casa y permitirte ser en la introspección.
Es tiempo de conectar con el centro profundo de tu identidad que pulsa en el ¡AHORA!
Momento propicio para:
Crear un espacio acogedor donde te relajes, descanse tu cuerpo y tu mente.
Y contemplar así el momento presente, ¿cómo estás? ¿Qué sentís? ¿Cómo estás reaccionando o respondiendo a las cosas que te suceden? ¿Cómo lo expresas con el cuerpo? ¿Algo te duele?
¿Qué sucede si lo respiras, y lo soltas?...
Lo soplas fuera tuyo y lo observas con el propósito de comprenderlo. A veces no son las palabras o hechos lo que duelen, son las intenciones o intensidades con las que se expresan.
Puede que lo veas de tu parte, o de tu entorno. Solo observar y respirar. Hasta que no sientas más su peso o dolor. Conéctate con esas emociones y déjalas fluir de la forma que te piden. Ya sea descanso, llanto, movimiento, pero en forma de que las liberes y de la manera más armónica para vos y tu entorno.
Es una luna que te lleva a dedicarte a tu clima interior. Los sucesos del ahora magnetizan tu atención a las relaciones afectivas, a los roles que ocupas en tu familia, grupos a los que perteneces. Te encuentras en procesos donde debes elegir (incluir/excluir), personas, objetos, lugares, casas, ciudades, según tu sentido de pertenencia con ellos.
También para ver asuntos pendientes en el hogar, cosas que sentís resolver.
Esencialmente todo lo que te lleva hacia adentro y que de verdad moviliza tu cuerpo emocional. Una pregunta que deberías hacerte es ¿Cómo responderé?
Luego de reconocer y vivenciar con la lunación anterior, los múltiples aspectos de tu personalidad, llega el momento, con esta lunación en que necesitas reconocer y registrar a cuanto de todos esos aspectos sentís real pertenencia. A todo lo que llamas hogar.
¿Dónde sentís que perteneces y donde no? Vas a ir más atente a lo que te pasa, y como te pasa. Observar tu entorno, tus allegades. ¿Realmente les ves?
Vos que estás comprometide con el desarrollo personal y espiritual, ¿Qué clase de presencia compartís cuando estas con elles? ¿Mantenés relaciones sinceras y reales con tu familia? O ¿tenés que esperar a que llegue un accidente, enfermedad, o muerte para añorarles?
Tu rol y tu presencia entran en juego, ¿Cómo soy y como me siento como “x” (padre,madre,hije, etc)? Recapacitas también en cómo querés ser en tal rol. ¿Qué climas anímicos o emocionales te vinculan con les demás? Tu rutina de vida, las historias compartidas que día a día van dando forma a tu identidad, la pertenencia que se establece del apellido, clan, tribu, que te define y contiene, aunque no lo veas, aunque te encuentres estableciendo metas en otras partes. Hoy es tiempo de observar y sentirlas.
Como persona madura, tenés la capacidad de nutrir y crear bienestar en tus entornos y espacios familiares. La pregunta que surge es ¿estas contribuyendo a crear espacios nutricios para todos? Salir de la modalidad de automático y animarte a cuestionarte en esos aspectos.
Los rituales que nos unen como familia, ¿que nos generan? ¿Felicidad, alegría, o agobio e incomodidad? ¿Nos miramos a los ojos o proyectamos nuestras miradas en cualquier lado?
El acto de presencia comienza por vos.
Momento de cuestionarse:
¿Identificas tus emociones?
¿Valoras tus propias necesidades y sentimientos? ¿Cómo los comunicas?
¿Cómo pedís las cosas? ¿Te sale como un “pasar factura” más que como una solicitud?
¿Doy lo que quiero dar? ¿Puedo dar lo que los demás necesitan? ¿Registro las necesidades de los demás? ¿Escucho que me está pidiendo?
¿Suelo bloquear el contacto genuino porque pienso que el otro siempre es “así o asa”?
¿Qué vínculos nutren y cuáles no?
Las situaciones domésticas son las oportunidades perfectas para poner en práctica tus competencias emocionales. A cultivar energía, afecto, y nutrientes del bienestar para un nido lo más confortable posible. Tu máxima competencia será DAR amor ¿Cuánto amor estás dispueste a soportar?
Este es el momento para establecer quienes son los tripulantes de tu nave hogar. Quienes se bajan, quienes se suben, quienes se mantienen. Este es TU viaje. ¿Dónde, con quién y cómo viajarás?
Luna llena - Hacia el afecto
Observamos al ser que venimos siendo y sintiendo desde la luna nueva, nos vemos respondiendo a las necesidades emergentes cotidianas, que despiertan emociones e intensidades. No todo es alegría y capacidad de manejar todas esas emociones, porque saltan a la luz conflictos afectivos, tropiezos familiares y te afectan, obviamente. Esas emociones, conductas, reacciones. lo que siempre altera el bienestar común.
El universo nos trae al ahora, todas las situaciones para que todos se nutran del afecto más saludable para el desarrollo, pero aparecen en cada uno de nosotros el comportamiento o instinto de hacer todo lo opuesto, de hacernos mal inconscientemente. Creando situaciones que reafirman nuestras heridas de la infancia, haciendo reales nuestros miedos y carencias.
Aprendimos a interrumpir el flujo del amor.
¿Cuánto amor podemos intercambiar si nos sentimos miserables?
¿Por qué caemos en estados de ánimo negativos asociados a vivencias pasadas?
Reviviendo una y otra vez, nuestra vulnerabilidad.
Es hora de volver a desafiarnos a tomar contacto con el núcleo que se oculta tras las excusas, excesos, anclas, que repetimos y que también parecieran repetirse por generaciones anteriores, esos mecanismos que distorsionan nuestra percepción de la realidad, y hoy de nuevo tenemos que preguntarnos ¿hasta cuándo?
Las experiencias negativas de nuestra vida que nos llevaron a acorazarnos, y esa coraza solo evita que podamos transformar esas experiencias, re significarlas para liberarlas y liberarnos. Y así recrearnos y crear situaciones más armónicas para nuestra vida.
Pase lo que pase hoy, se resuelve integrando lo que sentimos, y evolucionando nuestra perspectiva. No enfocarnos tanto en “lo que pasa”, sino en que “me pasa”. Y ¿cómo genero o reacciono en esas situaciones, creando positiva o negativamente un clima anímico?
¿Cómo queremos afectar nuestro clima interior y nuestras relaciones afectivas?
Una forma es el afecto, en la comunicación sincera y directa de lo que te está pasando, con las personas adecuadas. Esta actitud contribuye a desplegar confianza y amor, el cual los enriquece a todes. La otra forma, es la del ocultamiento, la falta de comunicación y expresión de las emociones.
Cuando te resistís a expresar tus sentimientos hacia los demás, para no “dejar al descubierto tus puntos débiles”, podes hacer lo posible por ocultarlos. Y esto puede manifestarse de múltiples maneras. Negación, hacer responsable al otro, o simplemente pasarlas por alto, ignorándolas. Pero esto no puede ocultarse, se nota en toda tu energía sutil, en tus gestos, tonos de voz, tensiones musculares o la respiración.
Por esto mejor mantenerte atento a los dobles mensajes que emitís, la incoherencia entre lo que decís con palabras, con lo que decís corporal y energéticamente. Es un proceso primero de reconocer, para luego des-identificarte de esos mecanismos inarmónicos.
Desde el comienzo de los tiempos de la noche galáctica, que comienzan las tormentas familiares, los pactos, el ocultar, no decir, que no “salga a la luz”. Ahora estamos en el camino inverso, estamos despertando, estamos abriendo las ventanas y desempolvando la casa.
En esta luna tenemos la oportunidad y el poder de ver los espejos del pasado, ir hacia ellos, y limpiarlos. Puede que nos supere, es mucho y es responsabilidad de todos.
Mucho podes transformar y madurar por vos misme. Donde no alcances con vos, es necesario que pidas ayuda. ¿Estás dispuesto a pedir ayuda? ¿Cómo lo vas a hacer? ¿A quién recurrís?
Tenés la posibilidad de poner fin a antiguos patrones y convertirte en una persona autónoma y equilibrada. Y si los miedos aparecen, respiro, observo los patrones psíquicos, emocionales, musculares. Puedo seguir sosteniendo esas tensiones, o puedo aflojar y soltarlas, relajar las formas y posturas repetidas, que te atan a esas experiencias de miedo, esas resistencias que te enroscan y retienen tu amor en cuarentena.
Transitando tus sentimientos, sin ocultarlos, validándolos, el laburo es reinterpretar los sucesos que en otra edad te atormentaron.
Comprendiendo, perdonando, recuperando presencia de alma y voluntad libre en el AHORA.
Cuando logras respirar el ser que sos y revolucionar tu interior, necesitas comunicar sinceramente, alma a alma, con las personas que te importan.
Entonces comienza otra perspectiva de aprendizaje, el otro, que te pasa con la inmadurez del otro. ¿Cómo reaccionas cuando captas el doble mensaje del otro?.
Pueden ser muchas las formas en las que tu respuesta o reacción serán la llave de la transformación. Si te concentras solo en te dijo en palabras, no lo resolves, y al revés concentrándote en los gestos tampoco. Ignorando la situación mucho menos.
Lo más transformador seria involucrarte con el otro, comunicar tu percepción con delicadeza y amor. Cuando te comprometes con la situación y actúas de formas conciliadoras y desde el amor, todo cambia. Pierde peso, se desvanece.
Fase menguante
Respiramos el ser que somos, lo nuevo necesita engendrarse a través del afecto. Y es maravilloso vivenciar como las personas se abren, cuando nosotres nos abrimos, cuando superamos las etiquetas y roles del pasado y conectamos con el SER. Tu ser y el ser del otre, que se encuentran en un contacto sincero, donde estás dispueste a pedirle lo que necesites, y estas dispueste a ayudar a quienes te necesitan.
Contenerse mutuamente en sus necesidades reales y desde el amor es un gran, gran tesoro que esta luna tiene para vos.
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Muchas gracias por llegar hasta aquí, por tu tiempo y conciencia.
Cualquier consulta o comentario no dudes en comunicarte conmigo!
yoa.
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